Consecuencias inmediatas
La consecuencia de la explosión no
respetó límites políticos. Afecto territorios aledaños por medio de una nube
radiactiva como Bielorrusia, Rusia y gran parte Europa oriental[1]. Los
efectos negativos fueron diversos. Las podemos dividir en:
● En los seres humanos: De acuerdo con la Comisión Parlamentaria de Ucrania, hubo 30 mil muertos
y al menos 10 millones de personas, entre ellos 3 millones de niños, víctimas
de las radiaciones[2]. La
información genética fue dañada por la radiactividad. Lo que conlleva a
deformaciones físicas.
Aquellos que no murieron absorbieron
grandes cantidades de yodo y cesio los cuales se acumulan en la glándula
tiroides causando hipertiroidismo, tuberculosis, quebrantamiento del sistema
inmunológico y diferentes tipos de cáncer como leucemia. La exposición de los
ojos a los niveles de radiación provocó cataratas en varias personas.
La mala intervención de los alimentos
provocó que la población consumiera productos contaminados durante días lo que
propagó la radiactividad más en la población, sobre todo por la leche que venía
de vacas enfermas por excedente de yodo.[3]
Por otro lado, hubo efectos
psicosociales causados por la falta de información, la evacuación de los
afectados y el miedo a los efectos biológicos a largo plazo. Ante esta incertidumbre,
la población sufrió de ansiedad.
● En el medio ambiente: Debido a la segunda explosión, se produjo un incendio que no logró
apagarse hasta después de nueve días lo que aumentó la dispersión de la nube
radiactiva[4] . Los
animales y la fauna que estaban más cerca a Chernobyl murieron al
instante. No sólo el el ambiete de Ucraia fue afectado en su momento. Los materiales radiactivos volátiles se extendieron por todo el Hemisferio Norte, auqneu las dosis recibidas por la población fueron muy bajas y cerecieron de importancia desde el punto de vista de la protección radiológica. Las dosis bajas de radiación, durante el primer año, oscilaron en Europa entre 0.005 y 0.5 mSv, en Asia entre 0.005 y 0.1 mSv y en el Norte de América fueron de 0.001 mSv.[5]
Consecuencias a largo plazo
Las consecuencias a largo plazo en Chernobyl son igual de
infinitas que las inmediatas, puesto que el reactor de Chernobyl permanecerá
radiactivo los próximos 100 mil años[6].
● En los seres humanos: Las consecuencias que se mencionan a corto plazo son parte también de
los efectos a largo plazo, pues si la población se sigue acercando a Chernobyl,
a pesar de que no estuvo presente en la explosión, puede sufrir el mismo
destino. Lo que es un peligro para las futuras generaciones.
Los nacimientos de bebés que se
dieron después del accidente nuclear
tuvieron malformaciones, debido a que los padres estuvieron expuestos a
la radiación, lo cual no descarta efectos prolongados[7]. Después de la explosión, 31 trabajadores muerieron. Un total de entre 600,000 y 800,000 hombres estuvieron implicados en las operaciones de limpieza en Chernobyl hasta 1989. De estos hombres, 300,000 recibieron dosis de radiación de 500 veces el límite para el público durante un año. Hoy, los que aún sobreviven sufren de daño a la salud.[8]
●
En el medio ambiente: Más de 4 millones de hectáreas de
bosques en el centro de Europa quedaron contaminados por radiación[10]. Los
árboles, al absorber un 80% de los radionúclidos, fueron afectados en su
composición genética, alterando su proceso biológico. Algunos presentaron
formaciones nudosas, mutaciones y muerte de células[11]. Tendrán que pasar 30 años
para que el bosque pueda ser nuevamente explotarse[12]. El mismo destino sufrieron
las tierras dedicadas a la agricultura. La imposibilidad de cultivar en
territorio radioactivo trajo consigo hambruna y crisis económica. Conjuntamente,
la contaminación de los ríos hizo imposible ocupar esa agua para el cultivo de
alimentos y la pesca.
Algunos animales sufrieron el mismo
destino que los seres humanos y los bosques, pero lo que sorprende a los
científicos es que así como fueron impactados, lograron tener un gran nivel de
adaptación.[13]
[1]
José María Pérez Gay, “El infierno de Chernobyl (1986-2006)”, en periódico La
Jornada (versión en línea), México, 24 de abril de 2006
[2] Ibídem.
[3]
s/a, “Accidente nuclear de Chernobyl”, [1 p.], [en línea], 2005, disponible en http://energia-nuclear.net/accidentes-nucleares/chernobyl
[4]
Ibídem.
[5]
Ibídem.
[6]
David Sumner y Lian Fairlie, “El otro informe sobre Chernobyl: Resumen y
Conclusión”, [10 páginas], [en línea], 24 de marzo del 2016, disponible en: http://www.davidhammerstein.org/documentos/EL_OTRO_INFORME_SOBRE_CHERNOBIL[1].pdf
[7]
José María Pérez Gay, “El infierno de Chernobyl (1986-2006)”, en periódico La
Jornada (versión en línea), México, 24 de abril de 2006
[8] Alex Kirby, “Chernobyl children show DNA changes”, en
periódico BBC News (versión en
línea), Reino Unido, 8 de mayo de 2001
[9] Greenpeace, “¿Qué pasó en Chernobyl?”, [1p.], [en
línea], 2012, disponible en: https://docs.google.com/document/d/1RFG1Eksj6tXUBoDcmBPcoKRnyjAOdFrXruRk1-Ao308/edit
[10] Victor Ipatyev, “La catástrofe de Chernobyl, la
contaminación radioactiva de los bosques y su reahabilitación”, [1 p.], [en
línea], 23 de marzo de 2016, disponible en: http://www.fao.org/docrep/004/y2795s/y2795s08.htm
[11] Mark Kinver, “El desastre de Chernobyl está escrito
en los árboles”, en periódico BBC (versión
en línea), Reino Unido, 9 de agosto de 2013.
[12]
Victor Ipatyev, “La catástrofe de Chernobyl, la contaminación radioactiva de
los bosques y su reahabilitación”, [1 p.], [en línea], 23 de marzo de 2016,
disponible en: http://www.fao.org/docrep/004/y2795s/y2795s08.htm
[13] Lucia Yarzabal, “Animales de Chernobyl”, [1 p.], [en
línea], 24 de marzo de 2016, disponible en http://www.batanga.com/curiosidades/8412/animales-de-chernobil-asi-son-las-criaturas-sobrevivientes-a-la-radiacion
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