Durante la Guerra Fría hubo una fuerte competencia entre el modelo de
desarrollo capitalista, dirigido por Estados Unidos, y el comunismo, encabezado
por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La innovación
tecnológica era vital para ambos; pues la producción de bienes básicos y de
armas era lo que sostenía las guerras en los países satélites que pertenecían a
cada facción.
Después de la Segunda Guerra Mundial
se logró ver el potencial destructivo de la energía nuclear. Los ataques a
Hiroshima y Nagasaki por parte de Estados Unidos para obtener la rendición
japonesa fueron gran ejemplo de ello. Más tarde, la URSS hizo todo lo posible
por obtener esta nueva herramienta. Por ello, durante toda la Guerra Fría se
temía una guerra nuclear inminente la cual, por suerte, nunca se llegó a dar.
A 130 kilómetros al norte de Kiev, la
capital de lo que ahora es Ucrania, existió una ciudad llamada Pripyat (con
alrededor de 50 mil habitantes), construida alrededor de un reactor nuclear,
Chernobyl, que proveía de energía eléctrica y donde la URSS hacía pruebas. En
la madrugada del sábado 26 de abril de 1986, los científicos soviéticos
llevaban a cabo un ensayo rutinario de seguridad en el reactor número cuatro de
la planta. No obstante, por fallas técnicas que se explicaran más adelante, hubo
una explosión nuclear, catalogada como la más seria en la historia.[1]
En el accidente hubo dos explosiones
que liberaron químicos radiactivos. La primera lanzó al aire la losa de cuatro
toneladas que soportaba el reactor, destruyendo el sistema de contención.
Durante nueve días se buscó controlar el fuego causado por la segunda
explosión. Con ayuda de helicópteros se lanzaron más de 5 mil toneladas de
plomo, boro y otros materiales los cuales formaron un sarcófago con 410 mil
metros cúbicos de hormigón y 7 mil toneladas de acero. Con el objetivo de
contener el material radioactivo. Por lo tanto, es la principal barrera que no
permite que la radiación escape a la atmósfera; sin embargo, la vida del
sarcófago sólo durará de 20 a 30 años.[2]
La nube radiactiva, resultado de las
dos explosiones, no se quedó en territorio ucraniano. Un ejemplo de ello fue
cuando el gobierno de Suecia solicitó a Moscú una explicación de los niveles de
radiación que venían desde Ucrania. Los soviéticos evitaron la respuesta por
temor a mostrar la debilidad del sistema comunista. Pasaron más de cuatro días
hasta que la URSS aceptó el trágico evento lo cual no sólo trajo consecuencias funestas a los
ciudadanos de Pripyat, sino a gran parte de Europa oriental y occidental,
incluso hasta Estados Unidos y Japón, pero en menor grado.[3]
A pesar del peligro, para poder
lograr minimizar el fuego y ayudar a las víctimas, se tuvo que disponer de la
ayuda de personas cuya vida y salud fueron sacrificadas para poder contener el desastre. Después de años de negociaciones internacionales, el complejo fue cerrado por completo el 12 de diciembre de 2000, es decir 14 años más tarde.[4]
Causas
El ensayo rutinario consistió en simular un corte del suministro eléctrico de la central para poner a trabajar el alternador, que era el sistema de emergencia, y probar su capacidad para producir suficiente energía para mantener funcionando las bombas refrigerantes. Para ello, se apagaron los sistemas de seguridad con el fin de que nada interrumpiera el flujo de energía. Sin embargo, los científicos no contemplaron que el reactor tardaría en estabilizarse, reduciendo su potencia y provocando la acumulación de energía que, finalmente, conllevo a una explosión. En segundos, hubo una segunda explosión por la oxidación de las varillas del combustible, debido a la fuga de hidrógeno y el vapor.
Las principales causas del accidente fue la realización de un ensayo para el cual era necesario bajar la potencia del reactor; cuando empezaron a hacerlo durante el día, se les ordenó interrumpirlo, debido a la alta demanda de energía en ese momento. A las 23 horas, dos técnicos que estaban de guardia prosiguieron con el ensayo, sin que estuviera presente ningún ingeniero . Conjuntamente, el mal diseño de la central nuclear que no disponía de un recinto de contención y la falta de un sistema independiente de inspección y evaluación de seguridad en las instalaciones por parte de la URSS.
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