Al observar que el
desarrollo establecido por el capitalismo no era posible de sostener a largo a
plazo es cuando surge el concepto de desarrollo sustentable, definido en el
Informe Brundtland, Nuestro Futuro Común, publicado en 1987:
“la capacidad que haya desarrollado el
sistema humano para satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin
comprometer los recursos y oportunidades para el crecimiento y desarrollo de
las generaciones futuras”[1]
Lo que el anterior concepto
busca promover es una relación equilibrada entre lo político, lo económico y lo
ambiental. Además, establece el principio intergeneracional,
así como el transgeneracional por
fomentar la prosperidad económica, el bienestar social y un medio ambiente de
calidad sostenido en el tiempo.
No obstante, se puede
encontrar dos vertientes del concepto: el
desarrollo sustentable débil y el
desarrollo sustentable fuerte. El primero establece una permanencia del
sistema de valores económicos de consumo y políticos del sistema capitalista.
Lo único que busca es asegurar la permanencia del sistema y del statu quo por medio del uso eficiente de
los recursos para no generar tantos desechos. Esto lo podemos ver en el Informe
de la Situación General en Materia de Equilibrio Ecológico y Protección al
Medio Ambiente (1993-1994) de México
cuando habla de los principios operativos:
·
Expandir
los procesos productivos y de consumo dependientes de recursos renovables,
hasta una explotación de éstos consistente con su capacidad regenerativa.
·
Permitir la generación de residuos de
los procesos de producción y consumo, incluyendo la contaminación, pero sólo hasta un nivel compatible
con la capacidad de los ecosistemas para asimilarlos.
·
Mantener
un balance en la utilización de los recursos no renovables y de sustitutos (que
no minen la capacidad renovable de asimilación del ambiente) dentro de la
perspectiva transgeneracional.
·
Lograr
condiciones de vida que permitan la
superación de la pobreza, de acuerdo a los estándares aceptados
nacionalmente, y de acuerdo a mínimos
humanos adoptados globalmente.[2]
En esta perspectiva se busca
mantener el desarrollo económico pensando que el medio ambiente tiene que
adaptarse a la producción del ser humano a tal grado de que permite la
generación residuos y de contaminación “sólo hasta cierto nivel en el los
ecosistemas puedan asimilarlo”, lo cual hace pensar que cree en la
reversibilidad de los recursos naturales. Esto no da una solución al problema,
sino lo sobrelleva. También, manifiesta la superación de la pobreza a partir de
los estándares internacionales sin pensar que la pobreza es un concepto
plenamente económico, basado en lo material y no en la calidad de vida.
Por otro lado, el concepto
de desarrollo sustentable fuerte implica un cambio de valores tanto económicos
como políticos para promover la relación entre los grupos humanos y su entorno,
es decir, eliminar aquellas acciones que causen un daño irreversible sobre el
medio ambiente. Un claro ejemplo es Ecuador y Bolivia con el “buen vivir” que
es un principio constitucional que le ha otorgado derechos a los seres humanos
y a la naturaleza desde una cosmovisión cultural de los indígenas de América del Sur.
Finalmente, el desarrollo
sustentable es un concepto creado por los países desarrollados con el objetivo
de que los países en vías de desarrollo preserven los recursos naturales para
las generaciones futuras, las cuales no especifica si son de los países ricos o
de los pobres, en el poco tiempo que pueda durar el sistema capitalista. Además,
sigue siendo un concepto antropocéntrico que antepone el bienestar social.
[1]
Arturo M. Calvente, El concepto moderno
de sustentabilidad, Universidad Abierta Interamericana: Centro de Altos
Estudios Globales, Junio 2007, p.3
[2]
Secretaría de Desarrollo Social e Instituto Nacional de Ecología, “Informe de
la Situación General en Materia de Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente 1993-1994”, México, 1993, p. 18
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