domingo, 27 de marzo de 2016

¿La soberanía nacional ayuda o afecta los esfuerzos por construir respuestas internacionales a problemas ambientales?

La soberanía, desde mi punto de vista, es una limitante que no permite que las leyes internacionales sean coercitivas en materia ambiental. Por ello, la opción que se propone promover es la conciencia a partir de los eventos pasados y los que vivimos en el presente para crear una prospectiva y tomar acción. No obstante, dicha conciencia aún no ha llegado, pues una sociedad que ya se acostumbró al consumismo y a las satisfacciones que da la riqueza no querrá abandonar dicho patrón a cambio de lo que ahora percibimos como "desarrollo", es decir, crecimiento económico, innovación tecnológica, urbanización, etc. 

Actualmente, no se habla de los bienes comunes, sino de los recursos que le pertenecen y están bajo el control de cada Estado, como lo estipula el Principio 21 de Estocolmo. Pero los países no se han dado cuenta que en el tema de contaminación los límites políticos no son respetados. Las acciones negativas de un Estado repercuten a los demás, pues el planeta comparte la misma atmósfera, los mismos oceános, y el mismo oxigeno que generan los bosques. 

Por otro lado, desde una perspectiva positiva de la soberanía, no hay que olvidar a las empresas transnacionales. Dichos actores han logrado despojar a varias comunidades de sus recursos naturales. La única forma por las que se han logrado detener este tipo de sobrexplotación es haciendo uso del principio de soberanía. 

Por lo tanto, la solución que queda, respetando la soberanía, es plantear leyes a nivel nacional para la protección del medio ambiente de acuerdo a los ecosistemas, a la política y economía de cada país, tomando como base los objetivos centrales de los tratados internacionales en materia de medio ambiente. 

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