viernes, 25 de marzo de 2016

Obstáculos para la cooperación ambiental internacional

Desde hace décadas atrás, los  Estados, las ONG’s, la sociedad civil, entre otros actores, han demostrado su interés en el medio ambiente por medio tratados, acuerdos, convenios, campañas, movimientos activistas, etc. No obstante, enfrentar el reto ambiental global requiere de altos niveles de cooperación y de coordinación que conllevan una serie de retos políticos muy delicados, y el sistema internacional se encuentra mal preparado para responder con rapidez. Esto no permite que se lleve a cabo la tan añorada gobernanza ambiental internacional. Entre los obstáculos más importantes se encuentran, de acuerdo con la investigadora Olga Ojeda:

·         Los problemas institucionales y legales:
En este punto se tocan la tragedia de los bienes comunes que son aquellos que traspasan la jurisdicción de un Estado, es decir, que son compartidos. Estos pueden ser la atmósfera, los océanos, bosques tropicales, biodiversidad, etc. La problemática es que estos bienes no cuentan con reglas de propiedad definidas lo cual da pauta a que los Estados que comparten un bien sólo vean la explotación del mismo para el beneficio propio, en otras palabras, necesitan un incentivo para que lo protejan.

Por otro lado, la ausencia de coercitividad de los tratados no asegura que los Estados paguen por los daños adversos, dejando así la protección de los bienes en manos de la adopción voluntaria de los acuerdos. Ese  mismo problema es el que se lleva a nivel institucional.

La dificultad para establecer mecanismos de monitoreo y sistemas de supervisión para revisar el cumplimiento de las normas no se han podido dar debidamente porque los Estados se encuentran protegidos bajo el principio de soberanía que les permite explotar sus recursos dentro de sus límites territoriales. Ahora, la única solución se puede dejar en manos de cada Estado, dejando rezagada a la cooperación internacional frente a los desafíos que necesitan la acción colectiva.

Finalmente, la proliferación de instrumentos de cooperación internacional  han hecho que surja una “sobre carga institucional” que lo único que genera son problemas de coordinación.

·         Los problemas de la asimetría del desarrollo:
Las asimetrías de las relaciones Norte-Sur se han hecho presentes en las negociaciones sobre el medio ambiente. Este tomó mucho auge en la Conferencia de Río al establecer las responsabilidades comunes pero diferenciadas de los Estados en cuanto a la degradación ambiental.

No es de sorprender entonces, que los países en desarrollo argumenten en los foros internacionales que los países desarrollados deben reducir su reclamo desproporcionado sobre los recursos limitados de la tierra y sobre la capacidad de regeneración de los ecosistemas; ni el hecho de que el problema de la deuda que enfrentan los países en desarrollo y la demanda de transferencia tecnológica y de recursos del Norte hacia el Sur se hayan convertido en los puntos más difíciles en la negociación de los nuevos acuerdos ambientales de carácter global.

Esto es una gran controversia porque todos quieren poner sobre la mesa sus necesidades y prioridades sobre la de los demás. También, al no verse obligados, nadie dará resultados hasta que otro país lo haga. Si los países desarrollados no han elevado sus niveles de ayuda como respuesta a la pobreza, difícilmente lo harán en los temas del medio ambiente y el desarrollo sustentable. Ante tal situación, recurrir únicamente a presiones políticas y a argumentos morales no evitará que el problema alcance dimensiones críticas.

·         Los problemas de dilemas económicos:
El punto a discutir es ver a la economía como el factor clave para el desarrollo sustentable. El crecimiento económico se ha construido  históricamente sobre las bases del uso intensivo de los recursos naturales y de la energía fósil lo cual se ha refutado con el evento del cambio climático, promovido por emisiones antropogénicas.

El incremento de la demanda agregada de energéticos fósiles en los países de la OCDE registrado en los últimos años, los compromisos de Kioto no serán fáciles de cumplir. Tan sólo en los Estados Unidos, las emisiones de gases de invernadero por consumo de energía fósil podrían incrementase en un 30% bajo un escenario como el actual, lo que ha generado un férreo debate en torno a los posibles impactos negativos de Kioto sobre la economía en ese país.

Sin embargo, si en muchos de los países desarrollados la agenda de cambio climático compite con otras prioridades en materia de política económica y social, en los países en desarrollo, llevar a cabo medidas adicionales de mitigación ocupa hoy un lugar secundario frente a otros temas como los del empleo, la salud y la vivienda.

Finalmente, se puede concluir que en los tres problemas se encuentra el choque de intereses entre el Norte-Sur a partir de las diferentes perspectivas que se tienen acerca del cambio climático, pues los países desarrollados lo ven como algo primordial en la agenda de seguridad; mientras que los países en vías de desarrollo, como conservadurismo.

Fuentes de consulta:

Ojeda, Olga; “La cooperación ambiental internacional en la Globalización” [en línea], s/f, s/p, Dirección URL: http://cec.iiec.unam.mx/coleccion/cooperacionambiental.pdf, [última consulta: 25 de marzo del 2016]

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