Henry David Thoreau
(nacido en Concord, Estados Unidos, en 1817) construyó una pequeña cabaña,
cerca del pantano Walden, en la cual se estableció en 1845. Defendió una forma
de vida que estuviera en contacto con la naturaleza cuya causa inspiró la
creación de “Walden, la vida en los bosques”. Se negó a pagar impuestos al
gobierno como protesta contra la esclavitud en América, motivo por el cual fue
encarcelado; por lo que, fue el primer hombre en promover la doctrina de
desobediencia civil.
Durante los dos años y
dos meses que Thoreau vivió solo en el bosque, identificó varias acciones y
pensamientos en su comunidad que hoy en día irían en contra de lo que se conoce
como “calidad de vida” y “desarrollo sustentable”. Lo anterior, de acuerdo con
el autor, se debe a que el ser humano piensa que no tiene elección sobre su
vida. Que el éxito es algo que se debe alcanzar, pero ninguno sabe cómo. Por
ello se sienten frustrados, sabiendo que el tiempo corre y tienen una meta que
alcanzar.
“Les hablo
principalmente a la gran cantidad de hombres que están disconformes, y que se
quejan ociosamente de la dureza de sus destinos, o de los tiempos que viven,
siendo que tienen la posibilidad de mejorarlos”.
Ese
reconocimiento que busca el hombre es una pesada carga psicológica que no
permite que las personas disfruten los que hacen. Actualmente, la búsqueda de
mayores ingresos ha provocado en los trabajos un aumento de suicidios por
estrés, lo que se conoce como síndrome de Burnout,
presentado tanto en los altos ejecutivo (por mantener su status) como en los empleados comunes (por subir de puesto).
Esto afecta la calidad de vida, por el aumento de dicha enfermedad.
Otra problemática que
describe el autor es la dependencia y sobreexplotación que tiene la ciudad
sobre campo. El estrés que se vive en las ciudades afecta de forma indirecta al
jornalero quien, por estar tratando de cubrir la demanda de las zonas urbanas, se
encuentra presionado e “ignorante”, debido al poco tiempo que tiene para
disfrutar de un buen descanso y dedicarse a su educación. Eso es algo que mucha
gente ignora y prefiere, simplemente, despreciar
a la gente de las zonas rurales por su falta de educación. Lo que no notan es
que el jornalero tiene otro tipo de conocimiento que ninguna persona de ciudad
tiene, por ejemplo, labrar la tierra; saber la temporada de la cosecha; cómo
cuidar una planta, etc.
Thoreau observa que las
personas explotan los recursos naturales sólo por avaricia y para obtener un
reconocimiento. Él dice “La mayor parte de los lujos o las llamadas comodidades
de la vida, no son solamente innecesarios, sino también impedimentos para la
elevación humana”. Esto quiere decir que el ser humano deja de lado la
innovación y la espiritualidad por la comodidad. Trabaja no por gusto, sino
para cubrirse de cosas lindas que no sabe cómo ocupar. Por lo tanto, dicha
acción va en contra de lo establecido por el desarrollo sustentable, puesto que
ven a los recursos como algo no finito, le asignan un valor económico y de status sin pensar en las generaciones
futuras.
En contra posición,
Thoreau habla sobre las necesidades fisiológicas que son las más básicas tanto
para tener una buena calidad de vida como para supervivencia del ser humano.
Por eso, él afirma “Ningún animal de la creación necesita más que alimento y
refugio”
¿Entonces por qué el hombre busca más? La razón del por qué un hombre pasa de
lo fisiológico a lo material lo explica el psicólogo Abraham Maslow quien
sostiene que “conforme el ser humano satisface sus necesidades más elementales,
desarrolla otras en las que se manifiestan deseos más elevados […]
especialmente a nivel mental” ,
es decir, una satisfacción psicológica. En este caso de tener cierta cantidad o
cualidad más que el otro.
El problema es que la
satisfacción del hombre no tiene fin, pero los recursos naturales sí. Eso es lo
que el desarrollo sustentable trata de hacerle saber al ser humano, puesto que
la calidad de vida puede ser alcanzada con la mínima utilización y explotación
de la naturaleza; en otras palabras, usar sólo lo que en verdad se necesite.
La razón por la que el
hombre ha estado arraigado a la tierra por miles de años es porque recibe de
ella sus frutos. No obstante, hoy, muchas veces las personas sólo conocen el
producto final y se pierden de todo el proceso de crecimiento de una planta lo
cual hace que dicho proceso no sea valorado. Es por ello, que la sociedad
actual no piensa en el desarrollo sustentable. Se ha separado de la naturaleza y
ya no recuerda que ésta tiene un ciclo largo para reponerse. Ahora, la
naturaleza tiene que seguirle el paso a la demanda del hombre.
Lo anterior va relacionado,
también, con el valor económico que se le asigna a los recursos naturales. Esto
crea una idea de que se vuelven un producto ajeno al hombre lo que hace que no
se puedan valorar cualitativamente como cuando son cultivadas por uno mismo.
Independientemente a lo
ya mencionado, Thoreau aprendió que no tenía que complacer a los demás a partir
de sus acciones y pudo descubrir lo que era la paciencia, ya que la visión del
tiempo está muy relacionada con ser un hombre civilizado, porque en el poco
tiempo de vida, el hombre debe de hacerse de una “vida digna” con base en el
pensamiento y satisfacción de los demás. Por esa razón, no llegan a nada;
puesto que cada hombre es diferente y dependerá de él su perspectiva que tenga
del éxito (espiritual o material) y cuánto tiempo tarde en alcanzarlo.
Thoreau,
Henry, Walden, La vida en los Bosques,
1854, p. 14
Thoreau, Henry, Walden, La vida en los Bosques, 1854, p. 12
Ana Luisa Hernández
& Humberto Morales, Geografía
económica, Santillana, México, p.13